Acaba de abrir en Barcelona la tercera tienda de Meg Gage Williams, incansable buscadora de ese fascinante género dentro del coleccionismo que es la cartelería y los soportes publicitarios vintage. Un negocio que llega después de las aperturas de la británica en Sri Lanka (en 2011) y en Mallorca, cuyas tiendas llevan tiempo encandilando tanto a locales como a turistas.
La ubicación de esta nueva tienda no parece casualidad. Nada menos que a espaldas del mercado de Santa Caterina, en plena Ciutat Vella, sin duda una de las zonas más activas en materia de cultura y ocio de la Barcelona actual. Y tampoco es un barrio desconocido para Meg, que vivió buenas y enriquecedoras experiencias en sus calles y plazas durante el largo periodo en que la galerista habitó en la Ciudad Condal.
El nombre del local, Stick No Bills («no fijar carteles») es solo la primera de las «provocaciones» que forman parte del ADN de este negocio. Este lema fue la manera con que empresas e instituciones pretendieron mantener la «limpieza» de las fachadas de sus sedes, justo en los albores de la cartelería, cuando comenzó a entenderse su eficacia como soporte publicitario. Un reclamo que, con el tiempo, pasó a convertirse en género artístico y en el que ha encontrado un cómodo (y lucrativo) refugio la vanguardia desde tiempos de Toulouse Lautrec y hasta nuestros días.